Niñas: la “brillantez” asociada a lo masculino

Un estudio publicado en revista Science reveló cómo se construyen estereotipos de género en la temprana infancia. Así, se demostró que las mujeres comienzan a sentirse menos inteligentes que los hombres desde muy pequeñas. Las consecuencias se mantienen hasta la vida adulta: En Chile el acceso a posgrados es preferentemente masculino, por ende, son mínimos los proyectos de la Academia dirigidos por mujeres.

Una nueva publicación advierte cómo las mujeres aprenden a temprana edad a subestimar su propio género. Desde los seis años las niñas cristalizarían los estereotipos de género, advierten los autores de Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children’s interests.

El documento publicado en revista Science muestra, por ejemplo, que desde esa edad ya se asocian los conceptos de “brillantez” con lo masculino. Un año antes, las mujeres se sienten tan listas como sus pares.

El estudio liderado por la doctoranda Lin Bian y la profesora de psicología Andrei Cimpian midió el comportamiento de niños y niñas entre 5 y 7 años. Según se explica, primero se les contó una historia sobre una persona “muy, muy inteligente”, sin pistas sobre su género. Con 5 años, tanto los niños como las niñas tenían la misma probabilidad de pensar en el protagonista como alguien perteneciente a su género, pero a los 6 y los 7 años, las chicas tenían muchas menos probabilidades que los niños de asociar la genialidad con su propio género.

Además, se aplicó un segundo cuestionario en el que los participantes debían adivinar cuál de los cuatro estudiantes del ejemplo (dos niños y dos niñas) obtenía mejores calificaciones escolares. En la respuesta se advirtió que tanto las niñas pequeñas como las más grandes observaban que las mujeres podían sacar las mejores notas. Resultado que contrastó con la percepción de brillantez.

Un último experimento fue aplicado a la población de muestra. En éste, se les presentó a los participantes dos juegos: uno, supuestamente, pensado para gente “muy, muy lista” y otro para “quienes se esfuerzan mucho”. El resultado fue sorprendente. A los cinco años no hubo ninguna diferencia de género entre quienes escogían uno u otro juego, en cambio, a los 6 y 7, las niñas desestimaron participar del diseñado para los muy inteligentes.

Así, indican las autoras, los resultados demuestran una tendencia preocupante, sobre todo porque las aspiraciones académicas de hombres y mujeres se basan en estereotipos de género.

Las niñas pueden

Desde hace algún tiempo Comunidad Mujer impulsa una campaña denominada Las niñas pueden. En la iniciativa se busca promover decisiones vocacionales más equitativas entre mujeres y hombres, y una mayor participación femenina en emprendimientos innovadores en ciencias, ingeniería, tecnología y matemáticas.

La situación en Chile, respecto a la participación femenina en Ciencias es preocupante. Así lo expresó Cristina Dorador de Más Ciencia para Chile Norte. “Si bien, existe un temprano interés por realizar investigación científica por parte de las mujeres, éstas no acceden a altos niveles, ya sea alcanzando altas jerarquías en la carrera académica en las Universidades, dirigiendo institutos de investigación o liderando proyectos de alto impacto y recursos. Además, existe baja representación de mujeres en ciertas disciplinas de las ciencias naturales y las ciencias sociales”.

En una columna publicada en Más Ciencia para Chile, Cristina Dorador reveló los datos locales: En Chile, es mayor la proporción de hombres que gana concursos de becas para grados de doctorado y magister; la situación se repite al desglosar quiénes están a cargo de proyectos investigativos en el país. También asegura que los planes para avanzar en igualdad de género en la Academia son inexistentes, lo que se suma a la baja participación que tienen las mujeres en los consejos o grupos de toma de decisiones en las unidades al interior de las Universidades.

El dato se complementa con lo que hace algunos meses reveló la prueba PISA Matemáticas: Chile es el país que expresa una mayor diferencia de género en los resultados. Los hombres son particularmente mejores en la disciplina que las mujeres. Lo que estaría asociado a una construcción cultural y no a una habilidad social.

Por eso, la científica hace un llamado a abrir el camino de la ciencia para las mujeres: “Si una niña sueña con ser científica, con convertirse en astronauta o en filósofa, en bióloga molecular o física teórica, abrámosle el camino y otorguemos todas las oportunidades para que cumpla su sueño y que éste se mantenga en el tiempo, no teniendo que renunciar por externalidades y trabas que la misma sociedad pone en su carrera. Celebremos este día como una oportunidad para que se reconozca que las mujeres científicas existen y que en cada descubrimiento o invención, hay una madre, hermana, hija o abuela generando ideas para un mundo mejor”.

Petición a la que se suma Comunidad Mujer. Así, desde la organización piden cambiar situaciones tales como el que las niñas dejen de sentirse inferiores que los hombres en matemática; o elevar el 26 por ciento de matrícula femenina en carreras de ciencias, ingeniería, tecnología y matemáticas.

En el estudio publicado en Science se habla de los estereotipos, palabras que construyen realidad. El efecto de ellas se mide, por ejemplo, en la menor motivación, y mayor ansiedad y estrés femenino en el rendimiento de pruebas. Lo que estaría asociado a niveles de inseguridad y menor confianza en sí mismas.

Fuente: Radio Universidad de Chile