Desnudos a menores y torturas psicológicas: Los 101 casos de abuso policial que reveló #InformeEspecial

informe-especialGolpes, asfixias y obligación de desnudarse son sólo algunas de los abusos policiales que se vieron incrementados luego de que en Chile despertaran los movimientos sociales que reveló el programa de TVN. Desde el INDH afirman que la mitad de las víctimas son menores de edad.

El espacio de investigación periodística de TVN, Informe Especial, tuvo acceso a un informe del Colegio Médico de Chile que registra la existencia de 101 casos de torturas cometidas por efectivos de fuerzas policiales entre los años 2011 y el primer trimestre del 2016. Se registran casos desde los 14 hasta los 74 años en adultos mayores.

 El documento, trabajado en el Departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico, reveló la permanencia de la tortura en el país, definida como “tortura es toda acción intencional que busca producir un dolor intenso, grave, físico o mental, cometido por un funcionario público”.

La violencia se da con fuerza en los carros policiales, como relataron Jorge Brito ( Ingeniero) y Rodrigo Zambrano ( Presidente del Centro de Alumnos Instituto Nacional), donde los agentes hacen y deshacen. Zambrano se refirió al episodio donde una funcionaria de Carabineros les dijo a él y a sus compañeros “yo también estudio, también voy a marcha. No se lo digan a nadie. Cuídense”.

En el reportaje se reconoció la labor del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y de los distintos organismos que se dedican a contabilizar este tipo de abusos.

En las comisarias se registran uno de los hechos más violentos: los desnudos, donde mujeres y hombres de todas las edades han sido obligados a quitarse su ropa, con el objetivo de registrarlos. Jorge Brito, en su testimonio, recuerda que fue el momento de mayor pánico. En el mismo reportaje, una funcionaria policial reconoció que bajo ninguna circunstancia se puede realizar ese tipo de procedimiento.

María Rivera, abogada, narró la tortura psicológica que sufrieron sus defendidos, donde un policía los amenazó con un arma, diciéndoles que la pistola tenía 30 tiros. “Tu mamá va a sufrir”, los amenazó.

Carabineros negó entregar la información solicitada por el canal para conocer esas estadísticas, alegando que no tenían personal para realizar la investigación solicitada.

Dr. Enrique Paris, del Colegio Médico, habló del problema como una epidemia que se detecta y que no para de crecer. El 2013 fue uno de los años en que hubo más denuncias. Del mismo organismo reconocen que deben tener registro de una mínima parte de los casos. Acá continúan realizando prácticas de torturas como “el submarino seco” o “submarino húmedo”, simulacros de asfixia utilizados en dictadura.

María Paz Cajas fue golpeada por Carabineros luego de intervenir en una marcha, al ver cómo golpeaban a unos estudiantes. Se enteró que estaba embarazada cuando comenzó con un hemorragia, producida por los golpes propinados. Terminó sufriendo un aborto espontaneo, o más bien, inducido por las fuerzas policiales.

La mayoría de las constataciones de lesiones son realizadas casi siempre en presencia de carabineros, que intervienen en el proceso, tratando de adulterar los resultados. Eso fue confirmado por el registro de audio que hizo con su celular María Paz, que denunció el hecho apenas ocurrió por redes sociales. Ella contó cómo no pudo revisar sus papeles.

La justicia militar es la encargada de tomar estos casos, que suele desestimar los casos, o asignar culpas en los ya conocidos montajes policiales, que se han repetido en los últimos años

Karina Soza, funcionaria de Carabineros, llamó a confiar en la institución, estimulando a la ciudadanía a denunciar esas prácticas con el fin de erradicarlas.

Tomás Vial, de la Universidad Diego Portales, postuló que uno de los primeros pasos es terminar con la Justicia Militar, algo que apoyan las apoderadas, adultos, organizaciones de derechos humanos, abogadas y distintas personas con la intención de denunciar que el problema existe, en un país que se hace el sordo. Pensando en las soluciones para acabar con este problema, Jorge Brito fue lapidario, señalando: “van a tener que torturar al hijo de un ministro o alguien cercano a la presidencia para que tomen acciones y se hagan cargo”.

Fuente: El Desconcierto